Yoga y Meditación
El yoga es unión, unificación de la consciencia, religazón, es estar despiertos a todo lo que somos, es en esencia libertad, libertad de ser.
Es estar despiertos a nuestros dones y actuar desde ellos de manera unificada.
El yoga puede considerarse desde un plano mental, control de la mente, expansión de las capacidades dormidas del cerebro, aumento de la percepción, enfoque preciso, sintonización y emisión precisa de frecuencias, creación de ideas, pensamientos propios, la mente sale del modo pasivo, descontrolado al modo activo, creador de su propia realidad. Una mente en yoga necesariamente impacta de un modo positivo en su entorno y aun a mucha distancia ya que la mente no esta sujeta a las leyes espacio temporales
Asana- Postura correcta, agradable y sin esfuerzo. Relajación del cuerpo. La meta es llegar a que el cuerpo no sea un obstáculo para la expansión de conciencia, significa una suspensión total de la atención a la presencia del propio cuerpo (vyasa)
Pranayama- Subir la energía vital, fundamentalmente con una respiración correcta y consciente pero también a través de actividades que nos pongan en contacto con las energías más puras y elevadas (belleza, naturaleza, contacto afectivo). La meta del pranayama es la suspensión del aliento propio para entrar en comunión con el aliento universal o prana (esto puede iniciarse con una práctica de enlentecimiento del mismo) y por eso se entiende como otras prácticas que no son respiración pueden llevarnos a ese estado de Pranayama (cuando vemos algo muy hermoso por ej. decimos “me quede sin aliento” y esa es una de las metáforas que más nos aproximan a lo que se experimenta en ese estado)
Pratiahara- abstracción de los sentidos- es el primer paso en el control de la mente. En primera instancia es aprender a controlar sobre que estímulos ponemos la atención y abstraernos de los demás. Luego lo que permite el pratiahara es expandir los sentidos sutiles, conocer mediante nuevas formas el objeto de observación o atención sin usar la mente corriente. Uno se conecta con lo real de las cosas (tattva), su esencia, logrando lo que se llama el citta vrtti
Dharana- Es la práctica de la concentración sostenida sobre un objeto. Concentrar la atención gozosamente en un punto (sin esfuerzo) que generalmente se inicia en el propio cuerpo (la mayoría de los textos antiguos recomiendan que se haga en la “luz del corazón” esto es, en un punto energético en el centro del pecho. También puede hacerse en el ombligo o en el tercer ojo (entrecejo) Dhyana- es el estado de profunda meditación, cuando abstraemos los sentidos de todo estímulo exterior y dirigimos la concentración exclusivamente hacia nuestro interior o al interior del objeto de nuestra meditación, es una forma de penetración del objeto, de contacto directo, de fusión amorosa donde olvidamos todo lo aprendido (no hay juicio ni interpretación mental alguna)
Samadhi- es un estado de conciencia en el que experimentamos la unión energética de todo lo que existe, nos sentimos parte de eso y como resultado se da una experiencia de profundo gozo y beatitud .
Extraído de clases de Malia Ferrer ,Profesora de Yoga, creadora del proyecto Luciérnaga 2018